martes, 7 de febrero de 2012

Catorceava Entrega

Esta experiencia (maravillosa, inolvidable) llega a su fin. Hasta el último día - literalmente - seguimos participando de distintas actividades y conociendo 
diferentes espacios.


Si tuviéramos auto, cargaríamos nafta en la Tupac Katari 

La chola René
                                       
Nos reunimos con uno de los referentes de Kurmi Wasi, una escuela autónoma con vocación transformadora, ubicada en las afueras de La Paz, que busca construir conocimientos desde las identidades culturales. Además fuimos a los festejos del 3 aniversario del Estado Plurinacional: Evo hizo un exhaustivo balance de su gestión (apenas 3 horas, lejos aún de Chávez y Fidel) y luego se realizó un festival en la Plaza Murillo, con grupos musicales de todo el país. También paseamos por la tradicional feria de Las Alasitas, en la cual se consigue todo lo que unx pueda imaginarse (autos, títulos universitarios, comida, casas o amores), pero hechos en miniatura. Todos los eneros, la costumbre es comprar lo que uno espera para el año que recién comienza, como forma de convocar ritualmente aquello que se desea. Por último, nos acercamos al Café Carcajada, sitio del colectivo de Mujeres Creando Comunidad y lugar de referencia del feminismo comunitario.

Carnicería de Alasitas, la mejor del barrio (tamaño real: 20 cm x 20 cm.) 

Safari paceño
A modo de cierre (y porque no somos buenos para las despedidas), dejaremos un texto de Cortazar escrito en 1973 que nos hizo acordar a Bolivia, aunque con una diferencia fundamental que luego explicaremos:

“Cada cual tiene sus encuentros simbólicos a lo largo de la vida. Algunos son ilustres, por ejemplo el que sucedió en el camino de Damasco, o ese otro en que alguien se encontró de golpe con una manzana que caía, e incluso aquél, fortuito, de una máquina de coser con un paraguas encima de una mesa de disecciones. Encuentros así, que proyectan a la inmortalidad a los Newton, los Lautréamont y los San Pablo, no les ocurren a los pobres cronopios que tienden más bien a encontrarse con la sopa fría o con un ciempiés en la cama. A mí me pasa que me encuentro con lustrabotas en casi todos mis viajes, y aunque esos encuentros no son nada históricos, a mí me parecen simbólicos entre otras cosas porque cuando no estoy de viaje jamás me hago lustrar los zapatos y en cambio apenas cambio de país se me ocurre que uno de los mejores puestos de observación son los banquitos de los lustrabotas y los lustrabotas mismos; es así que en el extranjero mis zapatos reflejan los paisajes y las nubes, y yo me los quito y me los pongo con una gran sensación de felicidad porque me parecen la mejor prueba de que estoy de viaje y que aprendo muchísimas cosas nuevas e importantes.

Es por eso que hace algunos años escribí la historia de uno de mis encuentros con un lustrabotas, y creo que ese texto bastante nimio fue muy leído en América Latina aunque su acción se desarrollaba en Nueva Delhi. Ahora que vuelvo de México siento la obligación de contar otro encuentro parecido, que tuvo por estrepitoso escenario el zócalo de Veracruz una mañana muy caliente del mes de marzo. Me doy perfecta cuenta de que los espíritus áticos encontrarán poco elegante iniciar una historia de viaje con un lustrabotas, pero a mí el aticismo ha dejado de quitarme el sueño hace rato y en cambio la silla del artista era perfecta, con ídolos deportivos pegados por todas partes y una tendencia a perder una pata trasera que obligaba a una gran concentración por parte del cliente. Mi lustrabotas debía tener diez u once años, es tan difícil saber la edad de un niño pobre, y a mí me parece ofensivo y estúpido preguntársela porque es exactamente la pregunta que todo el mundo les hace a los niños, incluso a los ricos, desde los tiempos de Pepino el Breve, con lo cual los niños lo saben atávicamente y al contestar miran con ese desprecio que casi siempre merecen los adultos. Por lo demás esa mañana la función de contestar parecía ser la mía, puesto que apenas me instaló el zapato derecho en su cajita multicolor, mi joven amigo quiso saber si yo era gringo (él dijo amablemente “americano”), y mi negativa en correcto español lo dejó dubitativo. Bueno, entonces yo no era gringo pero tampoco era mexicano. Admití el hecho tan importante para muchos de ser argentino, y eso lo satisfizo a lo largo del primer zapato, pero al comienzo del segundo quiso saber si la Argentina estaba donde Guatemala.

Me costó preguntarle a mi vez si nunca había visto un mapa de América del Sur. Dijo que sí, pero era un sí lleno de no, un sí de pudor que me instó, más avergonzado que él, a explicarle con una especie de dibujo en el aire que ahí México, y más abajo Venezuela y todoelbrasil, hasta que al final, ves, el continente termina como un zapato que nunca podrías lustrar tú solo, y eso es la Argentina. (Yo fui profesor de geografía en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, de 1940 a 1945, por si alguien no está enterado de este vistoso aspecto de mi curriculum).

Volviendo al primer zapato con el perfeccionismo propio de su arte, mi amigo meditó un buen rato antes de hacerme la pregunta final:

–¿Y cuánto le cobró el taxi de la Argentina a Veracruz?

Se comprenderá que el resto carecía de importancia. Expliqué, claro, dije lo que había que decir en materia de aviones y barcos, pero de alguna manera ya sabía que no había puente y que de nada serviría hacerle comprender ese hecho concreto puesto que su pregunta mostraba tan horriblemente lo otro, la ignorancia de todo lo que no fuera su circunstancia inmediata, el miserable círculo de betún en torno a su banquito de lustrar. Sólo me quedaba reír con él, un par de bromas, darle el doble de lo que esperaba como pago para que su última ria fuese aún más bella, y marcharme con mis zapatos relucientes y el corazón lleno de polvo.

(Los cronopios no somos proclives a las moralejas, y esta pequeña historia no la tendrá; prefiero pensar un mundo –y luchar por él– en donde ya no sean posibles encuentros como éste. América Latina paga el precio agobiante de la explotación que hace el imperialismo de sus riquezas propias; lo que no siempre se ve es el precio que paga en inteligencia natural ahogada por la miseria. Mi pequeño lustrabotas tenía esa curiosidad vigilante que alimenta la inteligencia y la vuelve visible y activa; pero ninguna escuela, ninguna pizarra, ningún maestro habían orientado esa fuerza que giraba en el vacío. Una vez más, en Nueva Delhi o en Veracruz, Shine, shine, shoe-shine boy. En inglés, claro.)

La evocación a Bolivia está dada porque aquí, en La Paz, los lustrabotas forman parte ineludible del paisaje de esta ciudad: rondan por todas partes con sus clásicos pasamontañas, están organizados sindicalmente y tienen una publicación mensual propia. La gran (grandísima) diferencia es que, de unos años a esta parte, la mayoría de ellos cursan en la escuela secundaria o en la UPEA (Universidad Pública de El Alto, creada en el año 2000 por la iniciativa y lucha del pueblo alteño): a la “curiosidad vigilante”, se le agrega la  posibilidad de formarse, el deseo de seguir aprendiendo y la capacidad de imaginar un futuro distinto y mejor.



Muchas gracias a todxs los que nos acompañaron con sus lecturas, comentarios, sugerencias, críticas y devoluciones. Para nosotros, escribir este blog fue una forma de compartir con Uds. nuestras reflexiones y sentimientos a la distancia, y también una manera de recordar y registrar lo que fuimos haciendo. Aquí dejamos amistades, recuerdos, sensaciones, aprendizajes y compromisos. Vaya nuestro agradecimiento eterno y nuestra profunda admiración al pueblo boliviano, a las mujeres y los hombres protagonistas de este proceso que está cambiando la historia de los pueblos oprimidos de nuestro continente.

viernes, 27 de enero de 2012

Treceava Entrega

Próxima Estación: Esperanza

Apuntes sobre el Primer Encuentro Plurinacional 
para profundizar el cambio.

El 11 de Enero finalizó en la ciudad de Cochabamba el “I Encuentro Plurinacional para profundizar el cambio”, convocado por el Presidente el pasado 12 de octubre con el objetivo de recibir un nuevo mandato de parte del pueblo que incluyera lineamientos productivos, económicos, políticos, organizativos y sociales. Luego de considerar que los reclamos fundamentales de la “Agenda de Octubre” estaban cumplidos (sobre todo la nacionalización de los hidrocarburos y la realización de una Asamblea Constituyente) Evo Morales lanzó una convocatoria que sorprendió a propios y extraños, con el objetivo de poder redefinir y profundizar el rumbo del proceso de cambio[1].

El encuentro se desarrolló en 3 etapas: entre el 12 y el 14 de diciembre se hizo la primera parte, en la cual representantes de las más variadas organizaciones sociales, pueblos indígenas, campesinos y originarios, comunidades afro-bolivianas, sindicatos, gremios de profesionales, representantes de universidades, cámaras empresariales, y organismos gubernamentales hicieron llegar sus propuestas. En la segunda etapa, cada uno de los delegados tuvo la obligación de socializar con sus bases lo discutido, para volver a las próximas sesiones con el mandato de sus respectivas organizaciones. Este momento intermedio consistió en la realización de Encuentros regionales en donde se analizaron las propuestas desde la especificidad de cada uno de los departamentos del país,  reuniendo nuevamente a una multiplicidad de organizaciones, reformulando y ampliando los diagnósticos y los lineamientos estratégicos.

En la última parte, que tuvo lugar del 9 al 11 de enero, se sistematizaron y compatibilizaron las propuestas iniciales con el trabajo departamental, lo que dio como resultado una “nueva agenda”. Surgieron más de 70 propuestas normativas y se puntualizó en la necesidad de continuar con el proceso de elaboración de leyes a partir de la participación y el control social y en concordancia con los principios pautados por la Constitución Política del Estado. El encuentro nació con la vocación de ampliar la democratización, promoviendo la toma de decisiones colectivas y los mecanismos que impidieran la burocratización de la dirigencia y la mercantilización de la actividad política. Participaron en total más de 5000 delegados de 600 organizaciones sociales a lo largo de los encuentros departamentales, y casi 1000 asistentes en el Cierre de la Cumbre,  generando un espacio inédito en el cual los sectores sociales debatieron sobre temas que antes estaban limitados a los círculos del poder. El Presidente celebró la activa y masiva participación y la multiplicidad de propuestas y proyectos de ley elaborados, que permiten que el  “pueblo corrija y marque el rumbo de sus autoridades”. Algunas de las propuestas serán de aplicación inmediata y otras quedarán para el mediano y largo plazo; algunas tendrán competencia municipal, otras departamental, y otras serán responsabilidad del gobierno central. Félix Cárdenas, Viceministro de Descolonización, afirmó que 2012 debe ser el año en el que se cristalicen las esperanzas del pueblo boliviano en hechos concretos.

A lo largo de todo el proceso se trabajó sobre 10 ejes temáticos: 1.- Desarrollo Económico (dividido en minería, hidrocarburos, transporte y telecomunicaciones) 2.- Seguridad con soberanía Alimentaria y Tierras 3.- Salario, Empleo y Seguridad Laboral 4.- Políticas Sociales (educación, salud, vivienda y agua potable) 5.- Seguridad Ciudadana 6.- Desarrollo Legislativo 7.- Autonomías  8.- Comunicación y Revolución Cultural 9.- Política Internacional 10.- Transparencia y Lucha Contra la Corrupción. Si bien sectores de la oposición sostuvieron que fue una agenda definida unilateralmente por el gobierno, lo cierto es que esta crítica invisibiliza que las problemáticas elegidas son la cristalización de las discusiones fundamentales que se han dado en estos años, y que son temas sobre los que necesariamente habrá que seguir debatiendo. Es probable que haya algunas omisiones, pero los temas silenciados también forman parte de las disputas por definir el camino a seguir. El encuentro tuvo sin duda un fuerte hincapié en los aspectos productivos y económicos; allí se planteó que en la búsqueda por sellar un nuevo acuerdo entre el Estado, la sociedad y los actores económicos es imprescindible repensar y diversificar la estructura económica, sostener y consolidar las formas comunitarias, avanzar en la industrialización local, regular la actividad financiera, limitar la propiedad extranjera sobre la tierra y generar nuevos puestos de trabajo digno. Quizás sea un tanto preocupante la ausencia de definiciones claras en torno al Vivir Bien como horizonte civilizatorio. También son para reflexionar las prioridades y los espacios que se darán a los diferentes sectores sociales en la construcción de la llamada “economía plural”, y cómo se compatibilizará el futuro programa industrializador con los derechos de la Madre Tierra y los derechos de los pueblos indígenas. Porque no debemos olvidar que aunque empresarios y organizaciones campesinas e indígenas se hayan sentado en la misma mesa para tratar de encontrar acuerdos, sus intereses son estructuralmente antagónicos: para construir un nuevo modelo económico social comunitario es necesario transformar profundamente las relaciones sociales de producción capitalistas.

El proceso boliviano se encuentra en un momento en el que para fortalecerse y madurar políticamente enfrenta el enorme desafío de construir a partir de las diferencias y encontrar un equilibrio (siempre fino, siempre riesgoso) entre las demandas corporativas y sectoriales y la consolidación del Estado Plurinacional. Se hace necesario también ampliar y mejorar la articulación entre las distintas instancias estatales, y con los movimientos sociales: aún existe un déficit en la coordinación que genera obstáculos para la puesta en marcha de algunos proyectos. Por otra parte, la Cumbre le dio vida y contenido real al concepto de corresponsabilidad: mediante un escenario de decisión socialmente participativo y democrático se apunta a romper con la visión de un estado paternalista y una sociedad civil dependiente, enfoque que no hace más que perpetuar las perspectivas coloniales sobre el poder. Los diferentes sectores conocen las directivas estratégicas que el gobierno ha recibido de primera mano, ya que ellos han sido los que lo han elaborado y podrán hacer sus reclamos a partir de eso. Fue un espacio que sin duda excedió a los sectores afines al partido gobernante, y en el que se escucharon diagnósticos y propuestas disímiles y contradictorias en algunos casos. En este sentido, la pluralidad presente le ha dado legitimidad al Encuentro. Pero además, se remarcó que no se trataba solamente de llevar propuestas, sino de considerar también la correlación de fuerzas que permitiera su aplicación real y las fuentes de financiamiento necesarias para llevarlas a la práctica. El Ministro de la Presidencia Carlos Romero indicó que “hay que debatir y definir las conclusiones, pero también propuestas metodológicas para su aplicación”. Sin embargo, hay que señalar que hubo algunas ausencias importantes: no fueron a la cita la Confederación Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB) ni el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ).

Este encuentro, impensado en otros tiempos y otros lugares, es resultado de la necesidad y la voluntad del gobierno de recibir nuevas directivas, en un intento por pensar colectivamente en las dificultades, poner sobre la mesa los límites y las potencialidades del proceso de cambio y definir el rumbo junto a las organizaciones sociales. En Cochabamba se puso en juego la capacidad de decir, pero sobre todo la voluntad de escuchar: fue el propio Evo Morales quien durante un día y medio estuvo sentado frente a frente con los delegados de las organizaciones, escuchando sus propuestas. Éstas asumieron la importancia de este encuentro y afirmaron que en tanto traen los mandatos de sus bases, esperan establecer un compromiso firme con el gobierno para que cumpla con los lineamientos consensuados. De lo contrario, advierten que no se quedarán quietos y harán oír su voz. Margarita Colque, representante de la confederación de mujeres Bartolina Sisa lo dijo claramente: el gobierno debe servir a las bases, y no servirse de las bases, como han hecho los anteriores gobiernos”. En ese sentido, se formó una comisión de seguimiento y control de las conclusiones surgidas de la Cumbre, que funcionará como garantía de cumplimiento de las mismas. Asimismo, se sostuvo la necesidad de reproducir este encuentro anualmente, institucionalizando el debate amplio de la sociedad como mecanismo de construcción de políticas públicas y de ejercicio de la democracia participativa.

Hasta la próxima…


[1] El cumplimiento de los reclamos de octubre es un punto que genera desacuerdos entre algunos sectores

sábado, 14 de enero de 2012

Doceava Entrega

Sólo nos quedan por delante unas pocas semanas: lamentablemente esta maravillosa experiencia está llegando a su fin. En el tiempo que resta estamos intentando multiplicar las actividades, los encuentros y los intercambios, y producto de esa vorágine dejamos al blog un tanto olvidado. Finalmente nos sentamos a recordar, escribir y compartir con ustedes.

Fuimos a escuchar una clase de Luis Claros al Instituto Andrés Bello. Allí se dicta una maestría sobre Educación Intercultural para los/as profesores/as de la Escuela Superior de Maestros. Luis dice no ser bueno para coordinar talleres, pero nosotros no acordamos con él: asistimos a una fervorosa discusión sobre los límites y las dificultades de la construcción de la interculturalidad, que lejos de presentarse como una relación armónica y de consenso, significa escenarios de disputa y de construcción política sumamente conflictivos. La nueva Ley de Educación apertura a una educación descolonizadora, comunitaria y productiva y en este sentido, es fundamental la formación de los lxs maestrxs. El joven Luis tiene un espíritu crítico y comprometido y después de la clase compartimos una cena en la que intercambiamos anécdotas y perspectivas sobre la región.

Un curso apasionante

La Unidad de Coordinación con Unidades Territoriales del Viceministerio de Descolonización organizó el Encuentro “Descolonizar el Arte y la Cultura”. Aproximadamente 10 obras de grupos de teatro de todo el país fueron presentadas para estudiantes de escuelas secundarias con la consigna de abordar la problemática del racismo y el patriarcado. El último día del encuentro se realizó un coloquio que reunió a los integrantes de los diversos grupos: la propuesta principal fue la de conformar y articular una red nacional de colectivos teatrales que piensen y aporten a la descolonización de las relaciones sociales desde la especificidad de su práctica.

Además tuvimos la oportunidad de colaborar con la sistematización del IV Encuentro Latinoamericano de Alcaldes Indígenas, en el que participaron autoridades originarias de 14 países. Durante 3 días escuchamos los debates de este encuentro que tuvo como lema “Gobiernos Locales para Vivir Bien en Territorios Indígenas, Campesinos y Comunidades Interculturales”. El objetivo principal de la reunión fue intercambiar experiencias, aprender acerca de los logros alcanzados desde los gobiernos locales, reflexionar sobre los errores y construir de manera colectiva y comunitaria nuevos conocimientos y nuevas propuestas políticas para fortalecer la libre determinación de los pueblos. Sin olvidar que por cuestiones históricas, geográficas y culturales las realidades de los distintos pueblos indígenas son muy distintas, se buscó fortalecer la unidad y crear una instancia de representatividad de gobiernos locales a nivel internacional. Se consagraron como elementos fundamentales para la emancipación la capacidad organizativa y la voluntad de poder autónoma del movimiento indígena, que permita la articulación con otros sectores sociales pero manteniendo el liderazgo indígena campesino.

Lxs expositorxs remarcaron las diferencias estructurales que hay entre el capitalismo y el Vivir Bien. Mientras que en la economía de la reciprocidad la producción es colectiva y tiene sistemas de redistribución social, el desarrollo capitalista pone énfasis en el sujeto económico individual y egoísta, con “libertad” para consumir y para acumular. El desafío (para los pueblos indígenas pero también para la humanidad toda) es crear y poner en marcha modelos propios, enfrentando al modelo de desarrollo capitalista hegemónico, incompatible con el Vivir Bien. Las formas de vida de los Pueblos Indígenas contienen propuestas concretas a nivel global como salidas alternativas a las contradicciones estructurales de la civilización capitalista. Implican un modo distinto de ejercicio de la autoridad, de entender el bienestar y el desarrollo. El Vivir Bien no es un concepto acabado ni un dogma, sino un esfuerzo colectivo en proceso, una práctica societal en constante construcción. Pero lejos de romanticismos o meras especulaciones idealistas, entre las conclusiones del Encuentro se destacaron el control autónomo de los bienes económicos y la efectiva gestión de los territorios como paso necesario para lograr el Vivir Bien. El evento también sirvió como un espacio de denuncia de las atrocidades del capitalismo y el neoliberalismo en la región, y se hizo especial énfasis en el rechazo a  los mega-proyectos mineros e industriales que producen desechos tóxicos y alteran biológicamente el medio ambiente, generando mayor pobreza, contaminación de los territorios, y despojo de mundos de vida. Sin duda, un espacio sumamente interesante en el que pudimos seguir aprendiendo sobre la importancia de la cosmovisión y la lucha indígena para los anhelos emancipatorios.

Pavada de rival

El Museo Nacional de Arte organizó un merecido y justo homenaje al Grupo Anteo, uno de los colectivos pioneros en América Latina en la combinación de arte y política, no sólo por las temáticas abordadas, sino sobre todo por el modo de producir y presentar las obras y por los circuitos en los que cuales participaban. Poco conocido por el gran público, este colectivo artístico surgió en la década del 50 en la ciudad de Sucre. Se propusieron estar en contacto permanente con lxs trabajadorxs, estableciendo vínculos con confederaciones sindicales (algunos de sus miembros fueron dirigentes gremiales) y organizaciones mineras. El nombre del grupo hace referencia a aquello que emerge de la tierra y se rebela una y otra vez. Se inscribieron dentro de la corriente muralista e hicieron una gran cantidad de murales en lugares públicos, algunos de los cuales perduran hasta el día de hoy. Desde la actividad docente, formaron a varias generaciones de artistas, imprimiendo su huella en el arte boliviano y latinoamericano. Gil Imana, uno de sus integrantes, estuvo a cargo del discurso de cierre del homenaje y emocionó a toda la concurrencia.

Encarcelado, óleo de Gil Imaná

El Wayna Tambo cerró sus actividades del año con el Festival de la Diversidad, que se realizó simultáneamente y durante un mes en Sucre, Tarija, Santa Cruz, Cochabamba y El Alto. El Festival incluye encuentros de artistas de diferentes áreas, talleres de discusión, obras de teatro, exposiciones itinerantes, y un cierre musical de dos días en el que convocan a múltiples grupos artísticos de cada ciudad. Este espacio se constituye anualmente en un lugar de encuentro, de intercambio y de profundización de lazos de reciprocidad, de construcción de redes y puentes entre organizaciones, y también de baile y  de resistencia con alegría.

A fines de diciembre se cumplieron los 3 meses que habíamos acordado como período de trabajo en el Viceministerio de Descolonización. Dentro de las múltiples e inolvidables experiencias que tuvimos en este viaje, ésta ha constituido una de las más ricas. Aprendimos mucho (muchísimo) sobre el arduo trabajo por la descolonización, y en la medida de nuestras posibilidades, colaboramos con algunas de las tareas que llevan a cabo. Las paredes de las oficinas, decoradas con afiches de Evo, el Che, Tupac Katari y Bartolina Sisa nos dieron desde el primer día la pauta de que estábamos en un lugar lleno de compromiso y entrega. Como dice Idón Chivi, director de la Unidad de Administración Pública Plurinacional y uno de los cuadros más brillantes que conocimos,  “La descolonización, al igual que la despatriarcalización, no constituye una vuelta romántica a un pasado tawantisuyano. Al contrario, son la praxis insurgente del Estado para erradicar el racismo y el machismo, pero no desde cualquier lugar sino desde la identidad indígena, y la identidad indígena tiene un núcleo vital: la Pachamama”. La descolonización es, entre otras cosas, rebelión permanente contra lo instituido, en todo ámbito y partiendo de lo real y no de la idealización.

La mayoría de nuestrxs compañerxs de trabajo es de origen indígena y además del español, hablan en su idioma originario. Hacen realidad el proyecto de que quienes ocupan cargos en el gobierno surjan de las bases y no sean políticos de carrera, aún con los desafíos que esto supone. Periódicamente se realizan talleres de formación y asambleas en las cuales se discute sobre temas de coyuntura, se evalúan colectivamente las tareas realizadas y se proponen nuevas líneas de acción. Es un ministerio activo en la problematización de lo que es la construcción del Estado Plurinacional, un espacio critico dentro del propio gobierno, con un equipo de trabajo inquieto por avanzar en las tensiones generadas por la persistencia de estructuras y esquemas coloniales, y la necesidad de su ruptura. Son conscientes de las transformaciones (tanto materiales como subjetivas) y  los cambios irreversibles que ha generado el proceso de cambio, pero también de lo que aún falta por hacer, de la necesidad de revisar permanentemente lo que sucede al interior del gobierno y del partido, y de aportar a la reconducción desde adentro, a contagiar la certeza de que sin descolonización el proceso no avanzará. Frecuentemente las reuniones terminan con un Apthapi, una tradición de comida colectiva proveniente del campo en la que cada unx lleva algo y lo comparte con los demás, generando un clima de compañerismo y confianza. Además, algunos integrantes del viceministerio formaron una banda de música autóctona que acompaña la mayoría de las actividades.

Afiche del Viceministerio de Descolonización

Hace unas semanas, apareció en el diario una foto del viceministro con una remera de los Beatles y un comentario que presentaba eso como una contradicción. El propio Félix Cárdenas hizo referencia a este hecho en una de las reuniones, diciendo que “Ahí está la visión colonial, que piensa que como soy indio, no me puedo poner una remera de los Beatles. Me la voy a seguir poniendo, y me voy a comprar una de Bob Marley. Ya lo dije mil veces: puedo ser indio y más rockero que ninguno. Además los Beatles cuestionaron lo establecido y empezaron con la línea de los jóvenes que estuvieron contra la guerra, contra los buenos modales y enseñaron a protestar. Para la mirada colonial, un indio con jean y remera de los Beatles no es indio, y peor si es letrado y académico. La lógica del ser indio es que tenga su ropa, su coca y si es ignorante mejor, ese es buen indio para ellos”. Esta breve anécdota condensa el espíritu rebelde y contestatario que recorre el viceministerio. La evaluación de fin de año fue exhaustiva. Si bien Félix se negó a que desde afuera se evaluará individualmente a los integrantes del equipo, eso no deslindó las responsabilidades colectivas; por el contrario, reafirmó el enorme compromiso histórico que tienen en sus manos. 

Recibimos el 2012 en la Isla del Sol, bailando bajo la lluvia y alrededor del fuego, acompañados por la banda de sikuris del lugar. Sinceramente, no podríamos haber empezado el año de mejor forma. En la próxima entrega contaremos sobre el Primer Encuentro Plurinacional para Profundizar el Cambio, que se hizo en tres etapas, divididas entre diciembre de 2011 y enero de 2012.

Cerdo de la sagrada Isla del Sol


Hasta la próxima…

sábado, 10 de diciembre de 2011

Onceava Entrega

Las últimas semanas han resultado particularmente intensas: viajes, visitas, encuentros y fundamentalmente, el hecho de haber empezado a trabajar en una dependencia estatal hicieron que tardemos más de lo habitual en escribir y alimentar el relato de nuestras actividades en Bolivia.

Luego de varias reuniones y entrevistas con funcionarios de distinto rango, fuimos asignados para trabajar (vale aclarar que de modo voluntario) en el Viceministerio de Descolonización, dependiente del Ministerio de Culturas. La Descolonización, tal como lo indica la Constitución Política del Estado, es un eje imprescindible para este proceso. El viceministerio es un espacio muy dinámico que pretende convertirse en el motor ideológico del proceso boliviano. Quienes allí trabajan toman sus tareas con responsabilidad militante y conciencia del rol que tienen frente a la historia. A la cabeza de este organismo está Félix Cárdenas, un indio aymara (tal como se autodefine) que a los 17 años ya era dirigente sindical en su Oruro natal. Formó parte del Ejercito Guerrillero Tupak Katari y varios años después, luego de esa experiencia en la lucha armada, presidió la comisión “Visión País” en la Asamblea Constituyente. Ahí conoció a varios/as asambleistas que mas adelante convocó para trabajar en el  Viceministerio. Félix es un excelente orador, absolutamente carismático y dueño de una  capacidad de lectura política que sorprende. El día que empezamos a trabajar, y pocos minutos después de conocerlo, nos invitó a ir con él al Alto para recorrer escuelas secundarias y entregar dvd´s de una adaptación teatral de “Las venas abiertas de America Latina”, el clásico de Eduardo Galeano. En las próximas entregas seguiremos contando más de esta maravillosa experiencia y del privilegio que significa para nosotros poder conocer desde adentro del Estado el trabajo por la descolonización y los desafíos que ésta supone.

Félix, el vice
La gente del Wayna nos sigue convocando a sus múltiples actividades, y esta vez fuimos para participar de la Comunidad de Saberes y Aprendizajes: un espacio mensual de encuentro en el cual se debate colectivamente sobre un tema necesariamente dificultoso: la construcción del Vivir Bien desde contextos urbanos. A partir de unos videos que sirvieron como disparadores de la discusión y de las consignas que repartieron los/as coordinadores/as, conversamos en grupos sobre su significado, la forma de construirlo y con quién y contra qué, entre otras problemáticas. Sin duda, el Wayna siempre aporta elementos para la reflexión conjunta sobre horizontes que es preciso debatir.

Como parte de las ceremonias ligadas al Día de Todos los Muertos, la Alcaldía de La Paz organizó una visita nocturna al cementerio, en la cual caminamos junto a una multitud entre las lápidas del camposanto, acompañados por guías que hacían referencias a los personajes celebres que allí se encuentran y contaban historias alrededor de las tumbas más ornamentadas. Al día siguiente, el cementerio volvió a recibir un mar de gente que, en honor a sus muertos queridos, desplegó ritos en los cuales se mezclaron las tradiciones cristianas con los usos y costumbres de las comunidades indígenas, generando un ambiente muy distinto al que percibimos en los cementerios que conocemos. Pero no son solamente los colores, los sonidos y los olores lo que llama la atención, sino que los modos de tramitar la muerte se parecen muy poco a los de las sociedades occidentales: lejos de ser una completa tragedia, las cosmovisiones indígenas consideran a este momento como parte de la vida, y de esa forma lo atraviesan.

Un romántico

De la mano de algunas de nuestras amistades, nos sumamos además a un espacio de formación y de discusión conformado desde hace más de dos años por jóvenes que piensan, sienten y viven el proceso de cambio. Junto a ellxs estamos leyendo “La revolución india” de Fausto Reinaga (1906- 1994), un célebre autor boliviano, considerado el padre del indianismo. Primero se hace una ronda de discusión sobre coyuntura en la cual se comparten opiniones y perspectivas y luego se debate sobre el texto. Allí discutimos, entre otras cosas, sobre las rupturas y las continuidades de la guerra de razas y la lucha de clases, las tensiones entre la institucionalidad estatal y los modos comunitarios de organización y los enfrentamientos con los sectores conservadores y la necesidad de redefinir el rumbo de este proceso.

Descolonizadores

Hace algunas semanas volvimos a Cochabamba,  una ciudad muy activa políticamente. Desde la guerra del agua, en el año 2000, la plaza central reúne diariamente a grupos que debaten fervorosamente, en una singular reedición del ágora ateniense. A pocos metros de distancia, el colectivo Thinku desarrolla su cátedra de pensamiento libre, en la cual se abordan distintas cuestiones y se hace una exposición sobre alguna temática histórica. Para completar el cuadro, hay montados unos paneles que hacen las veces de noticiero popular, donde se pegan los diarios del día, se hacen comentarios a las noticias y se critica la construcción de los medios hegemónicos. En un café a pocas cuadras de la plaza nos encontramos con Cocú, uno de los fundadores del Gaia Pacha, un colectivo de ingenieros ambientales que viene trabajando desde el 2006. El Gaia Pacha tiene fundamentalmente dos áreas de actividad: la investigación (sobre temas ligados a los recursos naturales) y la educación ambiental (realizan talleres en escuelas sobre contaminación y cambio climático). Terminando el día, nos encontramos con Carmen, una de las integrantes del colectivo CUECA (Colectivo Urbano por el Cambio). Desde ese espacio, un grupo de intelectuales discute e incide en la vida cochabambina participando en las campañas electorales, publicando solicitadas que marcan su posición y produciendo un programa semanal en la TV local. Esa misma noche viajamos a los suburbios de Cochabamba a la escuela de formación del CEFREC, donde nos dieron una calurosa bienvenida y participamos nuevamente en sus actividades.

Seguimos con un ritmo intenso. Conociendo, aunque de modo incipiente, la estructura estatal desde adentro, podemos ver las fricciones que se producen entre la necesidad de gestionar en el cotidiano y los intentos de construir nuevas relaciones sociales. Pero son esas mismas dificultades las que nos convocan a reafirmar y redoblar el compromiso con la lucha emancipatoria del pueblo boliviano.

Hasta la próxima…

lunes, 14 de noviembre de 2011

Décima Entrega

Aquí estamos nuevamente, y después de que los conflictivos sucesos alrededor de la carretera del TIPNIS nos interpelaran y nos convocaran a escribir sobre ellos, volvemos  a contar algunas de nuestras experiencias.

Voley Intercultural

Finalmente se concretó la invitación para ir a compartir sobre el pasado y el presente de los movimientos piqueteros y las fábricas recuperadas en la Universidad Indígena del Tawantinsuyu. La charla duró aproximadamente una hora y después de nuestra presentación se abrió un espacio para el debate y las preguntas; en un clima de confraternidad conversamos sobre las similitudes y las diferencias de las luchas de nuestro continente, y también de las posibilidades de articulación en base a  los horizontes compartidos. Pocos días después, asistimos nosotros como oyentes a una interesante clase sobre Sociología del Ayllu, en la que aprendimos sobre esta estructura organizativa y sus potencialidades comunitarias.

Los mineros vienen marchando

El Cefrec (Centro de Formación y Realización Cinematográfica de los Pueblos Indígenas) tiene su sede central en La Paz, y hacia allí nos acercamos para conversar con dos de sus referentes. A lo largo de dos horas compartieron con nosotros su lucida visión sobre las dificultades del proceso de cambio, mostrando y manteniendo siempre la voluntad de apoyarlo y aportar al mismo trabajando desde la unidad de las organizaciones sociales alrededor de una comunicación crítica e independiente. Discutimos sobre los problemas que se generan entre la estructura partidaria tradicional y las formas organizativas de los pueblos indígenas, que han logrado constituir al MAS como su instrumento político pero que por momentos quedan entrampados en las lógicas partidarias de verticalismo y burocracia.

Los integrantes de la Oficina de Participación Ciudadana de la Vicepresidencia del Estado Plurinacional nos invitaron a compartir con ellos dos espacios. En el primero intervienen también estudiantes de la Universidad Pública del Alto y entre todos discutimos los avances de sus tesis y compartimos perspectivas y comentarios sobre la presentación que cada uno de ellos realiza, con la voluntad de aportar colectivamente al proceso de elaboración de sus trabajos.  Algunos de los temas que eligieron son “La problemática del trabajo infantil” “Nuevas culturas juveniles” y “La cosmología aymara”. El segundo espacio es un taller de lectura de El Capital, en el que se discute la actualidad del pensamiento marxista con el objetivo de aportar a los análisis de coyuntura y con la expectativa de producir una publicación colectiva para aportar al debate político.

Futuros dirigentes en su visita al Palacio del Gobierno
Además, empezamos con las grabaciones de nuestro programa de radio, que se emite por 101.7 FM Wayna Tambo. Nuestro particular estilo hizo que fuéramos apodados “los Pimpinela del Altiplano” y “Dos simpáticos robots”. Cada diez días pasamos unas horas en el estudio de grabación con algunx de lxs cumpas del equipo del Wayna. Entre canción y canción se entremezclan las luchas de El Alto, alguna referencia a la Guerra del Gas, la trayectoria de la radio y las historias personales.  

Ya lo sabe todo el mundo...

Aunque ahora ya estemos más acostumbrados a su compañía, la primera vez que hablamos con Esperanza Huanca quedamos maravillados. Esperanza es la jefa de la Unidad de Despatriarcalización del Viceministerio de Descolonización, dependiente del Ministerio de Culturas. Es una mujer encantadora, dulce y aguerrida en partes iguales. Para presentarse, nos regaló un hermoso relato de su vida, en el que se desatacaron los recuerdos de cuando caminaba 4 horas para llegar a la escuela primaria y el momento en que fue elegida autoridad originaria de su comunidad. Nos recibió en su oficina vestida con el atuendo típico de su comunidad, que en ella luce muy natural y cotidiano, a la vez que nos habla de su historia y de la historia de su pueblo. Su espíritu cuestionador la llevó a hacerse preguntas desde muy pequeña, esas preguntas que incomodan a los mayores y desarman el sentido común, y así llegó hasta a la Asamblea Constituyente. Esperanza dice que después de largos años de resistencia, por fin llegó la hora de la rebelión.

La Paz es una ciudad profundamente activa: presentaciones de libros, festivales de música, teatro y cine, exposiciones de arte, ferias de todo tipo, seminarios, talleres y  encuentros regionales e internacionales se superponen unos con otros. Fuimos a la presentación del libro “Lo que unos no quieren recordar es lo que otros no pueden olvidar: Asamblea constituyente, descolonización e interculturalidad”, una publicación de varixs autorxs que reflexiona y discute en torno al pasado, presente y futuro del proceso constituyente. Su significación sigue siendo una disputa política, evidenciando que los desafíos de refundación del estado y la sociedad bolivianas no han terminado con la promulgación de la constitución. La CPE, más que la expresión de un acuerdo sellado de una vez y para siempre, debe continuar siendo la brújula política. Parafraseando a Esperanza, la rebelión apenas ha comenzado…

Hasta la próxima…

sábado, 29 de octubre de 2011

Novena Entrega

El porvenir es largo


Sabes Ali, es muy difícil comenzar la lucha por la revolución,
más difícil incluso es continuarla, y lo más difícil de todo es ganarla.
Pero, solamente después, cuando hayamos vencido, comenzarán las
verdaderas dificultades. En resumen, hay todavía mucho que hacer.

Si Ben M’Hidi, La Batalla de Argel

Las tensiones que generó el conflicto alrededor de la construcción de la carretera del TIPNIS (que mantuvo conmocionado al país durante 70 días) se han disipado pero no han desaparecido: las heridas que esta disputa ha abierto están muy lejos de estar cerradas. El camino que sigue estará marcado por estos acontecimientos, pero también por la forma en que se sigan dando los (necesarios) debates que se abrieron a raíz de la marcha indígena. Las contradicciones que conlleva un proceso de cambio real surgen a veces de modo intempestivo, y esta crisis política habilitó espacios de participación y movilización que obligarán a sostener discusiones en las que se pondrá en juego el rumbo del proceso boliviano. Las decisiones que se tomen de aquí en más deberán incluir dimensiones estratégicas en relación a la continuidad y los objetivos de este proceso, sobre todo en lo relativo a los modelos de desarrollo y los patrones de acumulación, los mecanismos de participación y la distribución y uso de tierras. La reforma constitucional de 2009 ha servido para dar cuenta que este es un Estado que cobija muchas Naciones: estamos sin duda en un piso distinto para las discusiones y aquello de “nunca más una Bolivia sin indígenas” parece haberse instalado de modo irrevocable.

El conflicto del TIPNIS deja varias lecciones, que ojalá gobierno y movimientos sociales incorporen para el futuro. En relación a las demandas planteadas por la marcha, ya fue aprobada una ley que declara la intangibilidad del Parque Nacional y que prohíbe la construcción de carreteras en ese territorio. Por su parte, la derecha entendió que lo mejor que puede hacer para debilitar al proceso de cambio es generar divisiones internas, y eso es lo que intentó hacer: encontró una forma de hacer daño y la explotó con todas sus fuerzas. Electoralmente, y en términos de hegemonía, es probable que el gobierno salga de esta contienda peor de lo que entró: perdió una parte de su apoyo (sobre todo en los sectores de la clase media urbana) y algunas de las consignas que se escucharon en el espectacular (por su lógica mediática de construcción de espectáculo) recibimiento que la derecha hizo de la marcha indígena pedían violentamente la caída de Evo. A la vez, que hayan sido los sectores más conservadores de este país los que hayan salido a reclamar a viva voz que se cumpla con la Nueva Constitución Política del Estado, a pesar de la hipocresía y la paradoja que ello supone, puede ser leído como una conquista del propio proceso. 

Se han abierto además nuevos frentes de conflicto. Aún no está del todo claro qué alcance tendrá la “intangibilidad” planteada por la ley promulgada luego de los acuerdos entre el gobierno y los marchistas, ni cuáles serán sus consecuencias prácticas. Luego de proponerlo, los propios indígenas se opusieron al término porque temen que convierta en delito algunas actividades relacionadas con  sus formas de subsistencia. También temen que se prohíban los emprendimientos comerciales de explotación de los recursos naturales que empresas privadas realizan en el Parque; los pueblos indígenas están dispuestos a defender estos emprendimientos en la reglamentación de la ley[1]. Los líderes son conscientes de que han logrado torcer la voluntad inicial del gobierno pero también saben que deben rendir cuentas a sus bases y, sobre todo, generar nuevos acuerdos con aquellos habitantes del territorio que pedían la carretera. Asimismo, sectores cocaleros de Cochabamba y de zonas aledañas al TIPNIS buscan que se revoque la ley y amenazan con iniciar una nueva marcha, exigiendo la articulación vial entre los departamentos de Beni y Cochabamba.

Por otra parte, uno de los resultados más negativos que dejó el conflicto del TIPNIS ha sido la pérdida de protagonismo de las recientes elecciones judiciales, una medida revolucionaria por donde se la mire. Pensemos lo lejos que estamos en otro países de América Latina de poder elegir por voto universal a quienes conforman la Corte Suprema. No sólo estamos lejos efectivamente, sino que tampoco forma parte de nuestro horizonte de posibilidades ni de los reclamos populares. Una primera aproximación a los resultados de las elecciones muestra la presencia de indígenas y mujeres entre los elegidos/as y enseña el camino a seguir: la justicia debe estar al servicio de aquellos/as que históricamente han sido los/as más desfavorecidos/as en este país. Asumir como tarea la transformación de la justicia implica tener en cuenta que hasta este momento los jueces y juezas han estado en su mayoría subordinados/as a los intereses de una oligarquía aristócrata. Descolonizar la justicia, erradicar la injusticia, y revolucionar el aparato judicial: esos son los retos que hay por delante. La construcción de un nuevo poder judicial forma parte de la apuesta por delinear el Estado Plurinacional.

En este complejo escenario histórico, algunas organizaciones que se sienten parte de este proceso y siguen luchando desde adentro por la profundización y la reconducción del mismo, han acuñado el concepto de corresponsabilidad, idea clave para poder pensar en los errores y los aciertos compartidos. Considerar que todo lo que pasa en este Estado es “malo” y que lo  que sucede en los movimientos sociales es “bueno” es caer en simplismos que resultan de muy poca ayuda para entender las contradicciones reales que atraviesan los procesos históricos[2]. Los movimientos sociales no pueden reproducir lógicas paternalistas: el movimiento originario campesino indígena tiene que asumir su rol histórico y seguir siendo protagonista de este proceso. Pero no se trata de justificar cualquier política ni hay que dejar de lado que quienes ocupan cargos en el Estado cuentan con una batería de recursos cualitativa y cuantitativamente distintos a los dirigentes y las bases de los movimientos sociales. En Bolivia se modificaron las relaciones clásicas entre el Estado y la sociedad civil; profundizar las grietas que han abierto en el Estado capitalista, colonial y patriarcal que han heredado y transformarlo definitivamente es uno de los desafíos políticos más grandes que enfrentan. De este proceso se espera mucho más que medidas redistributivas y una tendencia hacia la justicia social: el horizonte de buena parte de quienes le dan vida es trascender el capitalismo.  

Pretender que las teorías y prácticas sobre cómo hacer la revolución sean las mismas en todo tiempo y lugar es un infantilismo. Y esto de ningún modo significa caer en posiciones posmodernas relativistas; muy por el contario, es considerar como punto de partida las condiciones reales de lo existente y las formaciones sociales históricas concretas. Quizás las palabras de Si Ben M´hidi no sean tan distintas a las que Evo escucho de sus yatiris en Tiwanaku en enero de 2006. Pasaron desde ese momento poco más de 5 años. Los ojos de toda América Latina y del mundo están posados en este pequeño país que se ha levantado después de 516 años de sometimiento y ha comenzado a andar el difícil camino de la emancipación.

PD 1: agradecemos a nuestros/as compañeros/as del Viceministerio de Descolonización por abrirnos las puertas y dejarnos compartir con ellos este camino de lucha y resistencia y al colectivo del Wayna Tambo por generar de modo permanente espacios de reflexión que habilitan a seguir pensando e inventado.


PD 2: Link con el video de la entrevista que hicimos con Boaventura de Sousa   Santos en agosto. 
Edición de fotos y producción de video: Mabel Thwaites Rey: Entrevista con Boaventura
  



[1] Si bien a lo largo de los meses de la marcha se ha construido una imagen del TIPNIS como reserva ecológica virgen en su totalidad, las actividades extractivas madereras, los emprendimientos turísticos privados y la cría de animales exóticos son prioritarias en algunas zonas del Parque. Esto complejiza el escenario de actores e intereses en juego. Habrá que diseñar el modo de generar actividades productivas comunitarias que no impliquen un uso mercantilista del territorio.
[2] Incluso hay quienes siguen buscando explicaciones entre las características personales de Evo Morales, generando psicologismos que no hacen más que confundir los análisis y las posiciones.

domingo, 16 de octubre de 2011

Octava Entrega

Algunas reflexiones en torno al proceso de descolonización

Las últimas semanas han sido claves para el proceso de cambio. El miércoles 12 de octubre, recientemente declarado Día de la Descolonización, una masiva marcha en apoyo al gobierno y al proceso ganó la Paz, en medio de una crisis política luego de la violenta intervención policial a la marcha del TIPNIS. Al mismo tiempo, esta marcha sigue su curso y faltan pocos días para su ingreso a la capital. La derecha boliviana no puede ya esgrimir banderas propias y utiliza reivindicaciones populares para debilitar al gobierno. Por otra parte, en lo que constituye un hecho inédito para el país y para el mundo, el domingo 16 se realizaron las primeras elecciones para conformar el poder judicial por voto universal, hecho que encuentra al oficialismo y la oposición midiendo fuerzas. El escenario es sin duda complejo y nos invita a reflexionar acerca de la descolonización y el proceso de cambio.

Declarar el 12 de Octubre como día de la descolonización[1] implica asumir la misma como un desafío político y al mismo tiempo evidencia que Estado y sociedad aún son coloniales y que el poder, el saber y el ser están colonizados. A pesar de los múltiples discursos sobre la descolonización, ésta todavía suena a palabra exótica. Creer que equivale a volver el tiempo atrás y proponer un retorno romántico a un pasado mítico es absolutamente colonial. De lo que se trata es de la recuperación y reactualización de saberes y prácticas, que sin negar la modernidad, afirmen modos de vida que permitan trascender al capitalismo: es poder decidir en los propios términos, en libertad y con autodeterminación.

En este camino no debe perderse de vista la centralidad de la espiritualidad indígena, como un elemento político absolutamente radical y no como un pachamamismo arcaico. Los saberes y las tradiciones de los pueblos indígenas (extraños a las izquierdas clásicas) son componentes insoslayables de las luchas. Y no es cuestión de devenir indio/a sin serlo, pues eso sería imposible, pero en la búsqueda de solidaridades y articulaciones entre los sectores subalternos no puede considerarse lo indígena desde un folklorismo esotérico, sino con la seriedad y el respeto que merecen sus sistemas de organización, poseedores de una densidad existencial muy profunda. En su resistencia se sella también parte del destino de todos los pueblos oprimidos del mundo que están luchando por su liberación.

Sin embargo, el conflicto del TIPNIS muestra también la persistencia de discursos y prácticas coloniales en el Estado y en las organizaciones sociales. Cocaleros, comunidades interculturales y algunos sectores del gobierno calificaron de “atrasados y bárbaros” a los marchistas, acusándolos de ser reticentes al “progreso y el desarrollo”. El colonialismo tiene como uno de sus componentes fundamentales, y quizás el más difícil de combatir, al colonialismo interno. Por su parte, el imperialismo a pequeña escala de Brasil es una cuestión que está trayendo muchos dolores de cabeza. En tanto actor regional dominante, es difícil divorciarse de sus requerimientos, y sumamente peligroso quedar entrampado en sus lógicas.

En medio de estas apuestas y contradicciones, la plaza Villaroel fue escenario de la presencia de más de 200 organizaciones sociales de todo el país. En ella se dieron cita más de medio millón de mineros/as, campesinos/as, indígenas, profesionales, estudiantes y un largo etc. Frente a las renovadas estrategias de los grupos conservadores que buscan dividir a los sectores populares, los discursos de los/as dirigentes hicieron hincapié en su apoyo al proceso de cambio y en la necesidad de la unidad. A raíz de la conmovedora manifestación popular, Evo dijo sentirse obligado a responder a las demandas de su pueblo. “¿Quién no comete errores? Lo importante es corregirlos en beneficio de las/os bolivianas/os, porque llegué a la Presidencia para servir al pueblo y no para servirme de él”. También realizó una convocatoria a todos los sectores para discutir y poner en marcha una nueva agenda[2]: las bases deben ser quienes la definan y proporcionen las nuevas directivas. Este es un gobierno que ha llegado al poder como consecuencia de las luchas y las movilizaciones de esos movimientos sociales, a los que hoy debe escuchar para poder retomar el rumbo.

En los últimos tiempos, el debate interno ha disminuido. La crisis política es sin duda un llamado de atención a la soberbia del gobierno, que debe retomar y ampliar crecientemente los espacios de participación y reconocer con humildad las equivocaciones que ha cometido[3]. En primer lugar, esta nueva agenda tendrá como principal desafío constituirse alrededor de lo plurinacional y conjugar demandas particulares con intereses colectivos. La democracia formal y representativa por momentos subsume las formas de democracia participativas y comunitarias, pero éstas deben resurgir con toda su potencia y poder instituyente. En segundo lugar, el Presidente definió el Vivir Bien como horizonte y la industrialización como medio para financiarlo. Buena parte del futuro del proceso se resolverá en la conjugación de estos términos. ¿Cómo distanciarse definitivamente del imaginario capitalista y colonial del desarrollo y el crecimiento económico, generando a la vez una mejora en las condiciones de vida de la mayoría de los sectores populares? ¿Cómo consolidar la redistribución de los recursos[4] a la vez que avanzar en una transformación estructural de la matriz productiva? Si hasta ahora se ha profundizado un desarrollo económico estatista que sin duda permite procesos redistributivos (y que seguirá garantizando victorias electorales), el camino señalado por la Nueva Constitución Política del Estado debe contribuir a recuperar matrices comunitarias y generar nuevos proyectos de vida colectiva, por fuera de los cálculos y las relaciones capitalistas. El perverso modelo extractivista debe ser desterrado del horizonte de este proceso, que también necesita articular otros modos de lo estatal, ligados a lo plurinacional.

El desarrollo civilizatorio capitalista ha producido una degradación sin precedentes en las formas de vida a nivel planetario. A esta altura, pocas dudas quedan sobre este hecho: el crecimiento desenfrenado de las fuerzas productivas (¿o podríamos decir destructivas?) nos condujo a un escenario de desastres ecológicos y a una profunda injusticia y desigualdad social; la pregunta (necesaria, urgente) es cómo salimos de eso. Enarbolar la posibilidad del Vivir Bien como alternativa y como horizonte de significación es también exponer la validez y la necesidad de sus contenidos a nivel mundial. En estas latitudes, los movimientos de los diversos abajos tienen la oportunidad histórica de debatir profundamente el rumbo del país; la disputa sigue abierta y el destino no está escrito. 

Estamos viviendo un período de transición entre un Estado racista, colonial, patriarcal y capitalista que no acaba de morir y un Estado plurinacional y descolonizado que no acaba de nacer. Las fricciones entre ese pasado que no termina de irse y el futuro que aún no llega se dan en el presente, y en esa lucha está Bolivia: no hay duda de que la tarea histórica es descomunal. Es una etapa creativa y fecunda, en la que por momentos los errores internos son más peligrosos que los aciertos del enemigo. Muchas conquistas se han logrado, pero el trabajo por la consolidación y la profundización de ellas es un proceso necesariamente permanente.

Asistimos a la refundación de un país con un protagonismo indígena sin precedentes. El proceso de cambio es irreversible, y no es del Evo ni del Álvaro ni del gobierno: es del pueblo en su conjunto. Las crisis mantienen al proceso en movimiento, lo interrogan y lo cuestionan; no hay porque huirles a las contradicciones que supone un proceso de cambio real siempre y cuando éstas sean parte de futuras radicalizaciones en la compleja y larga transición hacia la emancipación. Ojalá este gobierno y los gobiernos por venir puedan aprender de la experiencia del TIPNIS para no volver a cometer los mismos tropiezos. Sería indeseable que la construcción del Estado Plurinacional termine por tener más de Estado que de plurinacional. Más bien, apostamos a que los movimientos sociales logren transformar el Estado que han heredado. Como dice Zibechi, “pensar que son buenos para poner el cuerpo pero no para conducir, sería reproducir los modos coloniales que son precisamente los que pretendemos remover. Que los de abajo decidan, en el acierto o en el error. ¿No es esa la descolonización?”.

PD: agradecemos a Martin Cortes por sus amistosos comentarios e inquietudes y a Anders Burman y Mirna Ticona por transmitirnos su experiencia y su compromiso.

PD 2: Les compartimos este video




[1] Siempre que nos referimos  a descolonización estamos diciendo también des-patriarcalización. Tal como se ha conceptualizado en estas tierras, “no hay descolonización sin des-patriarcalización; no hay des-patriarcalización sin descolonización”.  
[2] Se habla ya de la “Cumbre social de diciembre”.
[3] El riesgo es que el MAS replique el ciclo de los partidos políticos tradicionales y busque su propia reproducción en el poder y ya no la ampliación de los espacios de participación.
[4] En los últimos 5 años, un millón de personas en todo el territorio boliviano salieron de la pobreza